En este post quiero hablarte un poco sobre mis experiencias como emprendedora. Desde 2009, decidí trabajar de forma independiente como facilitadora dictando talleres de inocuidad, pero aún no veía eso como un proyecto propio, con forma y estructura. En esta ocasión quiero animarte a perseverar con tu emprendimiento.
Al principio, el término «emprendimiento» me resultaba ajeno; solo tenía la convicción de que mi pasión radicaba en enseñar a trabajadores en las fábricas para mejorar su comportamiento y, con ello, su actitud de cara a la producción, en el sector alimenticio.
Todos tenemos historias de cómo nace un emprendimiento, aquí te enlisto diversos escenarios que llevan a la gente a emprender:
La iniciativa de emprender es una decisión que implica el asumir riesgos. En mi caso, nada tenía que perder.
Mis hermanos son emprendedores, ambos montaron sus negocios de productos para vender, eso hizo que no me rindiera tan fácil porque si ellos pudieron pues yo también podía lograrlo, la diferencia es que más tarde que nunca comprendí que lo que yo vendía era servicios, y eso es muy diferente a los que ellos hacían, historia que les contaré en otro post.
Una frase que siempre me acompaña cada vez que tengo un bajón emocional o económico , es no volveré atrás, me convencí de no ser empleado al menos aquí en Venezuela. Siento que tengo tanto conocimientos que dar que a veces como empleado tenía ciertas limitantes. Además se convirtió en un reto de seguir aprendiendo de cada situación descubriendo mi potencial.
Cuando haces aquello que te apasiona, sientes que no te das cuenta del tiempo invertido. Te llega la realización fundamental: esto es lo que quiero hacer. Para mí, enseñar a otros es una pasión que me desborda y aportar valor a otros para ser mejores trabajadores, profesionales y personas es, sin duda, mi propósito de vida.
Tengo amigos ingenieros al igual que yo que aún están sumergidos como empleados en las fábricas ganando un sueldo desesperanzador. Deseo poder ser un ejemplo para todos aquellos que quieran lanzarse a la aventura de lograr sus sueños. Me nutre y me da fuerzas para ayudar a mis colegas a creer en ellos mismos. Es simple: si yo puedo, sé que ellos también, y tomarán, más tarde que nunca, la decisión.
Cuando descubres que quieres aportar una mejora en tu árbol genealógico y trascender a las mujeres u hombres de tu familia, esto hace que tu ganas se multipliquen. En mi caso, mi bisabuela, abuela y madre son grandes mujeres cultas, carismáticas y pedagogas; son mi fuente de inspiración para mejorar mi mentalidad. Este pensamiento me mueve hacia mis objetivos mis objetivos.
Sin duda, la libertad de administrar el tiempo para el nivel de vida deseado es un factor motivador. Tener tiempo para la familia, el gimnasio, charlas gratuitas, sin límites de cómo hacer las cosas, solo tú decides. Eso sí, eres responsable de lo que haces y dejas de hacer, todos los resultados económicos son tu responsabilidad. Así que el enfoque y la productividad son esenciales para emprender inteligentemente.
Y tù ya descubriste cuáles son tus fuentes de motivación para la toma de tu desición ? Haz un ejercicio anotando las tuyas propias y respondiendo la pregunta ¿para qué emprendo?
Nada como escribir dejando claro pensamientos. Quiero invitarte a escribir acerca de los pros y contras en las ideas para el camino a seguir cuando se emprende. No dejes de tomar decisiones importantes por factores emocionales o impulsos, necesitamos ser concretos con toda la información relevante para ahorrar tiempo, esfuerzo y estar consciente de lo que escogeremos.
Recuerda que una decisión se toma cuando se dan al menos las tres condiciones siguientes:
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